domingo, 15 de diciembre de 2013

Perros, más que un animal de compañía.

El geriátrico de Benejúzar ha acogido una exhibición de unidades caninas de la Guardia Civil especializadas en la detección de explosivos   

El concepto del perro como mero animal de compañía cambia cada vez que lo vemos actuar, junto a los miembros de la Guardia Civil  y como si de un agente más se tratara, en la búsqueda activa de droga o explosivos. 

La Guardia Civil ha llevado a cabo una exhibición en la residencia de personas mayores y dependientes de Benejúzar, en la que los animales han tenido que encontrar un proyectil de Goma-2 escondido en las instalaciones. 

Según ha explicado uno de los guardias, Chema Rasero, en todas las prácticas, “una vez escondido el explosivo, se dejan alrededor de 15 minutos, para simular el tiempo que tardaríamos en llegar al lugar donde estaría el explosivo, para que cuando el perro salga en su búsqueda, reconozca el olor”.  
“Para nosotros es un juego y, para ellos, una práctica”, ha añadido. 

No obstante y aunque en el día hoy algunas de las personas de la residencia han podido ver cómo trabajan estos perros, este tipo de prácticas, como ha explicado uno de los guardias, Chimo Rasero, se llevan a cabo varias veces a la semana en su base, situada en el aeropuerto de Alicante, donde cuentan con un total de ocho agentes, un cabo y diez perros especializados en la búsqueda de droga y explosivos. 

De hecho y según ha detallado, “aunque los agentes conocemos a todos los animales”, cada uno trabaja con su perro designado y especializado porque “nuestras voces no son las mismas y el perro se asocia más a ese guía”. De hecho, cada agente conoce la reacción de su perro. 

Asimismo, ha señalado que son ellos los que se ocupan del cuidado de los animales y, para ello, llevan a cabo prácticas de mantenimiento como la limpieza del perro o cuidarlo en el caso de que tengan algún tipo de enfermedad. 

La raza más utilizada para entrenar a los perros y que trabajen en conjunto con los agentes de la Guardia Civil, es el pastor belga malinois, “marrón y de pelo corto”, por ser un animal “muy enérgico, de fuerte carácter, con menos miedo y muchas ganas de trabajar”. No obstante, también se sigue trabajando con el pastor alemán y algunos labradores. 

Por su parte, la directora del geriátrico, María Carnes, ha expresado que la intención de esta actividad es que los residentes conocieran que los animales “no son solo de compañía, sino que además prestan otros servicios a la comunidad, tales como terapias”. 

De esta forma, también se busca que ellos aprendan “los servicios que, como personas, todavía pueden prestar a los animales a través de voluntariados”, ha dicho Carnes, ha hablado que también se busca “fomentar el contacto con animales, tan beneficios para personas dependientes, algo que se ha conseguido al ser estos perros tan dóciles y educados”.

Aquí, os dejo con mi perro, que no está entrenado como los que he nombrado en la noticia, pero es monísimo.

Lucas

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